¿Qué es?
El “greenwashing” o “lavado verde”, es un anglicismo que proviene de whitewashing (blanqueo de dinero), con una connotación “verde”. Esta expresión se difundió en los años 80 gracias a Jay Westerveld, investigador y ambientalista de EEUU. En ese entonces, se había popularizado que los hoteles tengan placas incentivando a reutilizar las toallas para ahorrar agua y energía. Jay denunció que los hoteles no buscaban tener una Polìtica de Sustentabilidad ni cuidar al planeta, sino que su objetivo real era ahorrar recursos.
El greenwashing sigue vigente hasta el día de hoy, Greenpeace lo define como “el acto de engaño al consumidor para que la percepción de que los productos y los objetivos de una empresa sean vistos como ecológicamente amigables”
✅ Cinco formas de evitar el greenwashing
- Compromisos con objetivos medibles
– Proponer metas cuantificables y con plazos concretos de reducción de consumo de agua, de energía y generación de residuos - Desarrollar Planes de acción
– Definir planes de acción con objetivos, alcance, inversiones, cambios operativos y cronogramas de implementación - Comunicación transparente
– Comunicar de forma transparente tus acciones, promoviendo prácticas éticas - Eliminación progresiva de prácticas no sostenibles
– Reemplazar materias primas por otras menos tóxicas, mejorar procesos para reducir desperdicios, elegir proveedores con políticas sostenibles - Integración del enfoque de ciclo de vida
– Analizar el impacto ambiental de tu producto o servicio teniendo en cuenta todo su ciclo de vida, desde la extracción de materias primas hasta su disposición final.
Adoptar prácticas responsables y comunicar con transparencia, con base en datos verificables, permite generar confianza en los consumidores, cumplir con las regulaciones ambientales vigentes y avanzar hacia un modelo de producción más consciente.
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